CÓMO DIVERTIRSE EN LA CANCHA

Se suele decir que en el tenis hay que disfrutar para rendir bien. Cuando pierdes después de un gran partido, a veces te consuelas diciendo: "Lo importante es que lo disfrutaste". Pero ¿qué es exactamente disfrutar en una pista de tenis? ¿Es esencial para mantener la motivación y seguir entrenando?

¿QUÉ ES LO DIVERTIDO DEL TENIS?

El placer se menciona a menudo en el deporte, pero rara vez se define. Para muchos jugadores, se asocia con la victoria: ganar, mejorar, alcanzar sueños… Sin embargo, el placer va mucho más allá del simple resultado.

El verdadero placer del tenis no reside solo en la alegría de ganar, sino en la búsqueda misma: la búsqueda de un golpe mejor ejecutado, de recuperar el control, de sentir un progreso. Es un placer exigente, a veces doloroso, pero profundamente gratificante.

Esto no es solo un juego. En el deporte de alto nivel, el disfrute se basa en enfrentarse a uno mismo y a los propios límites. Es la satisfacción interior de haber dado lo mejor de uno, sin importar el marcador.

Como dijo John Wooden, el legendario entrenador de baloncesto:

El éxito es esa paz mental que viene de la certeza de haberlo dado todo para llegar a ser lo mejor que puedes ser.

Así, el placer se convierte en una búsqueda personal, un equilibrio entre esfuerzo, perseverancia y satisfacción íntima.

El placer es a menudo una confrontación con uno mismo y con sus propios límites.

ENTRENAMIENTO DE TENIS: SÉ PROACTIVO PARA DIVERTIRTE

Disfrutar del entrenamiento también depende de la actitud. Hay una diferencia fundamental entre "venir a entrenar" y "venir a entrenar".

En el primer caso, se experimenta la sesión pasivamente, como un consumidor. En el segundo, uno se convierte en un participante activo: se apropia del contenido, participa activamente y crea su propio disfrute mediante el esfuerzo y el compromiso.

Por eso, es recomendable tomarse unos minutos antes de cada sesión para reenfocarse: "¿Solo quieres ver un entrenamiento?" o "¿Quieres entrenar?". Esta preparación mental lo cambia todo.

Porque el placer no siempre reside en la risa ni en la tranquilidad, sino en el estado mental con el que vivimos cada momento. Estar "aquí y plenamente presente" es crear nosotros mismos este momento de juego —libres, intensos, alegres y concentrados—, independientemente del resultado.

UN PRERREQUISITO PARA EL PROGRESO: LA MOTIVACIÓN

El placer y la motivación están estrechamente vinculados. Cuando los errores se acumulan o el progreso parece lento, la frustración suele apoderarse de nosotros. Sin embargo, aceptar la realidad tal como es —sin juicios ni expectativas excesivas— nos permite redescubrir el placer fundamental del aprendizaje.

Cada error se convierte entonces en una oportunidad de crecimiento, cada derrota en una fuente de comprensión. Se suele decir que aprendemos más de nuestras derrotas que de nuestras victorias, y esto es cierto en todos los ámbitos.

Los jugadores jóvenes suelen empezar con una motivación inmensa, impulsada por la curiosidad y el deseo de explorar. Pero con el tiempo, el esfuerzo necesario para mejorar puede resultar abrumador. Es entonces cuando la diversión se convierte en un aliado esencial. Mantiene la motivación ante las dificultades y ayuda a superar los periodos de duda.

Disfrutar es fundamental. Es la clave para mantener la motivación ante desafíos complejos.

LA TRANSMISIÓN DEL DISFRUTE POR PARTE DEL ENTRENADOR DE TENIS

El papel del entrenador es crucial para fomentar este disfrute duradero. No se trata solo de sugerir ejercicios; también debe adoptar un enfoque adaptado a la personalidad de cada jugador.

Para algunos, el placer proviene de la comprensión y la lógica: necesitan explicaciones precisas, evidencia y coherencia. Para otros, es el desafío y la confrontación lo que los estimula. Algunos buscan la armonía grupal, la pertenencia y la amabilidad. Otros, en cambio, encuentran placer en el reconocimiento y el aprecio.

Por lo tanto, el coach debe identificar qué impulsa la motivación de cada persona, adaptar su comunicación en consecuencia y crear un entorno donde se pueda cultivar y compartir el disfrute. Porque el disfrute no es solo una emoción individual: también es contagioso y colectivo.

Divertirse también significa darlo todo. En esta dinámica de intercambio, el jugador y el entrenador crecen juntos.

Una cosa está clara: el placer no es una recompensa externa, sino una construcción interna . Surge del compromiso , la presencia , la curiosidad y la superación personal.

Si bien puede estar alimentado por victorias y momentos compartidos, se revela sobre todo en el esfuerzo, la constancia y la pasión por el juego.

El placer, en el tenis como en cualquier otro deporte, no es un lujo: es la clave del progreso y la longevidad.